Pasos para solicitar una incapacidad permanente
Cuando sufrimos un accidente laboral grave nuestras vidas pueden cambiar de un momento a otro y, en esas circunstancias, conocer nuestros derechos y entender cómo funciona el proceso de incapacidad permanente puede marcar una gran diferencia en nuestro futuro.

La incapacidad permanente por accidente laboral es una situación en la que, después de haber recibido tratamiento médico, el trabajador afectado por un accidente de trabajo no ha conseguido curarse completamente y, como resultado, sufre limitaciones que reducen o impiden su capacidad para trabajar de manera definitiva.
Tipos de incapacidad permanente
Existen varios tipos de incapacidad permanente, y es fundamental conocer las diferencias para entender mejor los derechos que te corresponden. Los principales tipos son:
Este tipo de incapacidad se da cuando el trabajador se ve impedido para realizar alguna de las tareas propias de su profesión, pero aún puede realizar ciertas tareas elementales de su profesión. Aunque la limitación es significativa, no le impide desempeñar funciones laborales de manera total.
En este caso, el trabajador no puede seguir ejerciendo su profesión habitual debido a las secuelas del accidente laboral, pero aún es capaz de trabajar en otra actividad diferente. Es decir, debe buscar una nueva ocupación que no implique las tareas que ya no puede realizar.
Cuando hablamos de incapacidad absoluta, nos referimos a una situación en la que la persona afectada no puede realizar ningún tipo de actividad laboral. Esto implica que las secuelas son tan graves que el trabajador queda completamente inhabilitado para cualquier tipo de trabajo.
La gran invalidez es el grado más severo de incapacidad permanente. En estos casos, el trabajador no solo está inhabilitado para trabajar, sino que además necesita la asistencia de una tercera persona para llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como vestirse o alimentarse.
Pasos para solicitar una incapacidad permanente
Si has sufrido un accidente de trabajo y crees que puedes estar en situación de incapacidad permanente, es importante que sigas los pasos adecuados para solicitarla. Este proceso puede parecer complicado, pero con la información correcta, podrás enfrentarlo con mayor confianza.
Lo normal es que la mutua laboral te proponga directamente para pasar el tribunal médico una vez has agotado el plazo de incapacidad temporal (12 meses con posibilidad de una prórroga de 6 meses más). Pero si la mutua no te propone puedes solicitarla por tu cuenta siguiendo estos pasos:
El primer paso es recopilar toda la documentación que acredite tu situación médica. Esto incluye informes médicos, partes de baja laboral, y cualquier otro documento que demuestre las secuelas del accidente. Si la incapacidad es derivada de un accidente laboral la mutua te proporcionará todo el historial médico que podrás complementar con cualquier otro informe que puedas tener de la Seguridad Social o médicos privados.
administrativo
Una vez que tengas toda la documentación, debes iniciar el proceso ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o el órgano correspondiente de tu comunidad autónoma. El trámite implica la presentación formal de tu solicitud de incapacidad, que será evaluada por una comisión médica.
Tribunal médico
Durante el proceso, serás sometido a una evaluación médica que determinará el grado de tu incapacidad. Esta evaluación es crucial, ya que de ella dependerá el tipo de pensión o compensación que puedas recibir.
Si la resolución es negativa debes acudir a nosotros para reclamar la pensión de incapacidad por vía judicial
¿Cómo se calcula la pensión por incapacidad permanente?
El primer paso es recopilar toda la documentación que acredite tu situación médica. Esto incluye informes médicos, partes de baja laboral, y cualquier otro documento que demuestre las secuelas del accidente. Si la incapacidad es derivada de un accidente laboral la mutua te proporcionará todo el historial médico que podrás complementar con cualquier otro informe que puedas tener de la Seguridad Social o médicos privados
La base reguladora es el promedio de las cotizaciones del trabajador durante un periodo determinado. Este promedio se utiliza como base para calcular la pensión que recibirás. Dependiendo de tu tipo de incapacidad, se aplicará un porcentaje sobre esta base reguladora.
El porcentaje de reducción varía según el grado de incapacidad que te hayan reconocido. Por ejemplo, para una incapacidad total, se aplica un 55% sobre la base reguladora, pero este porcentaje puede aumentar en algunos casos si se cumplen ciertos requisitos. A partir de los 55 años si no se compatibiliza la pensión con otro trabajo se puede solicitar un incremento del 20% de la pensión por incapacidad total.
Si la incapacidad es absoluta no se aplica ningún porcentaje de reducción y la pensión será del 100% de la base reguladora
La omisión de medidas de seguridad podría incrementar tu pensión entre un 30 y un 50%
En algunos casos, es posible que recibas complementos adicionales a tu pensión, como aumentos en función de la edad, el grado de discapacidad o la necesidad de ayuda de terceros (en caso de gran invalidez). También podría verse incrementada entre un 30 y un 50% si el accidente laboral fue debido a una omisión de medidas de seguridad e Inspección de trabajo propone un recargo en las prestaciones.